Aunque al invierno todavía le faltan algunos días para terminar, el ambiente político ya se encuentra a temperaturas que parecen sacadas del desierto de Sonora. Esto se puede notar en la presencia en medios de todos los partidos políticos, de montones y montones de candidatos y precandidatos; parece, muy cercano a la realidad, que el único producto que vamos a poder comprar en el 2010 es un candidato, y pagando con votos.
La inversión en publicidad que hacen los partidos y los candidatos es verdaderamente estratosférica, grosera, y si hoy sale usted a la calle, va a ver que sí, efectivamente, existe un gran nivel de reconocimiento de los anunciantes, pero poca gente los “compraría”.
¿Qué está pasando? La publicidad parecería que no es la respuesta a las necesidades de los candidatos, o que los publicistas no están haciendo su tarea en cuanto a las estrategias. No crea que es así: El problema es que el trabajo de los publicistas se opaca por el trabajo de los Informadores.
Y lo peor de todo es que tampoco es culpa de los informadores, ellos nada más hacen su trabajo (bueno, hay peridoistóides que están vendidísimos a los intereses del patrón, pero gracias a Dios no son todos), lo triste es que son los políticos mismos quienes quieren que su publicidad nos convenza de que son la mismísima madre de Dios, pero sus actos, declaraciones, pleitos mediáticos, videoescándalos y todas esas cosas de las que están llenos los noticieros comunican realidades muy distintas a las que los publicistas se desviven por reflejar en sus spots.
En el marketing electoral se está viviendo un problema muy grave de falta de coherencia. Y esto se refleja en que la gente ya no cree en nada. Si esto pasara en una empresa cualquiera, seguramente las ventas se irían hasta el suelo y los esfuerzos publicitarios se convertirían en lápidas bajo las cuales descansaría –quién sabe si en paz- el negocio que alguna vez trató de nacer.
¿Por qué el Estado mantiene vivas a tantas empresas carísimas, inútiles, mentirosas, que se llaman Partidos Políticos, mientras asfixia sistemáticamente a las empresas que tratan de generar riqueza a través de la satisfacción de las necesidades de los mexicanos? Es hora de admitirlo: Los Partidos Políticos son negocios de unos cuantos, que enriquecen a sus dueños quitándonos el dinero a los contribuyentes.
Hay qué aprender del vecino, y darse cuenta de que ninguna campaña publicitaria va a salvar una empresa, proyecto de nación, alianza o partido si no entrega lo que vende.
Y si no me lo cree, nomás ponga atención en julio a ver que tan alta fue la inasistencia de votantes a las urnas, es decir, de compradores en la línea de cajas.
Monday, March 15, 2010
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