Wednesday, March 10, 2010

De antros, horarios, alcoholímetro...

A raíz del atentado al futbolista en la madrugada de un lunes, en el interior del Bar Bar, se desató una polémica sobre la hora a la que deben cerrar los antros en la Cd. de México.

Algunos dicen que debe cerrarse más temprano, otros que más tarde, muchos que se debe restringir la venta de bebidas alcohólicas y muchas cosas que suenan a soluciones simples para resolver el problema.

Yo creo que todo lo que legislen va a ser un mero remiendo al verdadero problema. Cerrar más tarde no resolverá nada. Abrir más temprano tampoco. Restringir la venta de alcohol jamás ha dado resultado ¿Por qué lo daría ahora? Si sobran lugares donde se vende alcohol a menores desde las nueve de la mañana bajo el cobijo y ceguera de la policía...

La solución tampoco será el alcoholímetro, que solamente identifica la cantidad de alcohol que ya se consumió. ¿Cuántos alcoholizados habrá que ni siquiera pudieron llegar al punto de revisión en una pieza?

El PAN apoya la propuesta de que los locales cierren más tarde, y otros se razgan las vestiduras al más puro estilo de los fariseos, que me parece más propio de los azules, pero en fin, aquí todos son progresistas o mojigatos cuando les conviene.

Creo yo que no depende de aparatitos, legislaciones u horarios.

Todos quienes salen todos los fines de semana a divertirse son personas que hacen lo que aprendieron en casa. Es en la familia donde se debe enseñar a los hijos a divertirse sin excesos, a ser responsables sobre el consumo de alcohol; a saber cuánto y hasta cuándo.

No es fácil, vaya que no lo es. Tengo hijos, y sé qué difícil es inculcar verdaderos valores en los hijos. Bien lo decía Napoleón: La educación de los hijos comienza 20 años antes de que nazcan.

Mientras los padres de familia sigan delegando la responsabilidad de la salud de sus hijos al estado, seguiremos encontrando nuevos excesos y nuevas leyes inútiles.

2 comments:

la MaLquEridA said...

O sea que seguiremos en la misma porque los padres y madres de hoy tienen que trabajar para poder sobrevivir, tienen que dejar a sus hijos con familiares o personas extrañas que no tienen el mínimo cuidado ni atención para poder educarlos y mucho menos paciencia.

Así de crudo es.

Así de fácil.

Carlos A. Olague A. said...

Así es, Malque, y todavía peor, cuántas veces regresamos de trabajar y queremos descansar dejando de lado la calidad del tiempo que pasamos con nuestros hijos, olvidándonos de que su formación o deformación depende única y exclusivamente de nosotros.

Platicando con una psicóloga me comentó que la mayoría de los niños que recibe con problemas de atención y disciplina demuestran que son conceptos que no han aprendido de los padres. ¿Cómo querríamos que vivan lo que nosotros no les enseñamos? Efectivamente: Así de crudo, así de fácil.