Es un hecho que a todos nos gustaría ser reconocidos por algo. Hay quienes se esfuerzan mucho para lograrlo, otros se limitan a ser extraordinariamente ordinarios (sí, lo escribo peyorativamente), y los menos buscan hacer lo que tienen qué hacer y el reconocimiento llega solo.
En este tercer caso creo que se encuentra mi broder. Hace cosa de una semana arregló un asunto que tenía pendiente y que a mi papá le habría gustado ver en vida. Al fin se decidió y obtuvo su título de Ingniero en Sistemas. Para que vean lo que digo más arriba, aún sin haberlo obtenido se colocó como lider en una empresa que depende totalmente de sus sistemas para llevar a cabo su producción.
Hoy quiero felicitarlo y reiterarle no solo mi cariño, también mi admiración, que son de esas cosas que a los hermanos a veces se nos olvida decir en persona.
Por lo pronto publico una foto que es como un regalo, no por la foto, sino porque oculta 30 kilos de masa, 15 años de edad y 16 kilómetros de arrugas.
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